“Mirror Mirror”, es una nueva versión del cuento clásico de los hermanos Grimm, aderezada con elementos contemporáneos y con mucho sentido del humor, pero todavía centrada en una audiencia infantil.
Bajo la dirección de Tarsem Singh, un director oriundo de la India que se dio a conocer con dos alucinadas cintas para mayores, “The Cell” e “Immortals”, el nuevo filme explora una nueva ruta en la recreación de una legendaria historia que sigue siendo básicamente recordada por la adaptación animada que hizo Disney a finales de los años 30.
Esta vez, la aventura de una chiquilla que se libra de una muerte segura en las manos de su malvada madrastra para refugiarse en la casa de unos enanitos del bosque llega interpretada por figuras de carne y hueso, entre las que destaca la superestrella Julia Roberts, quien se encarga de la pérfida reina.
Pero el papel principal le ha sido encomendado a Lily Collins, una preciosa actriz de 23 años que luce más joven de lo que es, y que además de ser hija del legendario músico Phil Collins, se ha venido abriendo camino por cuenta propia en la pantalla grande gracias a su participación en títulos como “The Blind Side”, “Priest” y “Abduction”.
MANGANZON tuvo la oportunidad de reunirse con ella durante el día de prensa de la cinta, y eso nos permitió preguntarle por su aproximación al conocido personaje, el modo en que se relacionó con Roberts y Singh, el uso de la comedia en la película y, por supuesto, la inevitable escena del beso con el Príncipe Azul, encarnado esta vez por el codiciado Armie Hammer (“J. Edgar”, "The Lone Ranger").
Desde que salió la versión de Disney, hace 75 años, la gente ha tenido una imagen bastante definida de Blanca Nieves, aunque el cuento mismo sigue siendo leído en todos lados. ¿Qué representó para ti acercarte al personaje?
Es probable que cada niña tenga su propia opinión sobre lo que es un cuento de hadas. Cuando me enfrenté al personaje, no tuve necesariamente en cuenta la perspectiva de todo el mundo con respecto a lo que ella debería ser, y tampoco quería trasladar simplemente la imagen animada a algo real. Quería estar segura de que fuera alguien con quien pudieran identificarse otras chicas, que resultara más tangible; al principio, ella no tiene mucha personalidad y no está realmente al tanto de lo que está pasando a su alrededor, pero luego, se transforma en una mujer joven y en una guerrera. Eso lo hizo muy interesante, porque me dio inicialmente la oportunidad de conectarme con el lado del cuento, para despegar después y desarrollar a esta muchacha que termina siendo de algún modo una mujer contemporánea.
¿Te recomendó el director ver algo específico para hacerlo?
No me pidió que viera nada, sino que me dio la oportunidad de brindar ciertas ideas. Me inspiré en todas las grandes películas de Hollywood; Audrey Hepburn fue una gran referencia, debido al modo en que se comportaba en la pantalla, porque podía ser cómica sin tener que decir una broma, y era tan capaz de hacerte reír como de hacerte llorar. Lo hacía con todos los recursos posibles, desde su postura general hasta sus manos, con un estilo atemporal que permite que no se la vea ahora como una vieja estrella del cine. Yo quería también transmitir mucho con reacciones y no con palabras, y eso fue algo que llevé ante el director, quien estuvo de acuerdo conmigo en muchas cosas.
Hablando de comedia, en este caso, la proveedora principal es Julia Roberts, cuyo personaje de la reina resulta tan malvado como divertido.
Claro, porque ella ha interpretado el papel como una mala de escuela secundaria, riendo y diciéndote que le gusta tu blusa en vez de atacarte directamente. Es una actuación muy interna, en la que todo se encuentra en los ojos y en la forma de entrega, y no necesariamente en los gritos ni en las frases hirientes. Creo que muchos adultos entenderán más esta clase de comicidad que los niños, porque a ellos les parecerán más divertidos los enanos, por ejemplo; el sentido del humor de ella hace que esto pueda llegar a otras generaciones.
¿Fue también mala entre toma y toma? ¿Trataba de mantenerse dentro del personaje?
Para nada, y yo no estaba segura si eso iba a ser parte de la experiencia o no. Fue muy agradable; sus niños estuvieron en el set todo el tiempo, y demostró ser una madre excelente. Resultaba increíble ver el modo en que sonreía y se comportaba fuera de cámaras, y observar cómo se convertía en una reina maléfica cada vez que se gritaba ‘acción’.
Leí que el director estaba molesto porque los trailers que se habían lanzado mostraban supuestamente a la película como una historia más infantil de lo que en realidad es, aunque no se trata tampoco de que ésta sea una versión oscura del cuento, ¿no?
No, claro; hay dos adaptaciones casi simultáneas que se han hecho, la nuestra y “Snow White and the Huntsman”, que va ser obviamente más provocativa. Pero creo que hay momentos en esta película que tienen un trasfondo siniestro y más profundo que a veces no se ha tomado en cuenta, aunque está hecho de una manera que resulta accesible para los niños. Es una película para sentirse bien, pero si quieres realmente entender el tono que maneja, tienes que verla.
La relación entre Blanca Nieves y la reina es desastrosa, y en vista de que tus padres se divorciaron, ¿te dio eso la oportunidad de usar algunas experiencias personales para desarrollar esa parte del personaje?
Nunca pensé en eso. Yo vi esto como una experiencia completamente nueva, mucho más relacionada a un cuento de hadas que a mi vida, sin trazar relaciones entre el uno y la otra. Nunca he atravesado una situación mínimamente parecida, por lo que en esas escenas usé elementos que venían de otro lado; probablemente de los terrenos de la actuación[risas].
Te estás haciendo más y más conocida por tus virtudes histriónicas, pero es probable que alguna gente espere todavía que aparezca de repente al lado tuyo la figura de tu padre Phil. En esta película, tienes incluso una escena en la que cantas; ¿piensas irte más por ese lado?
No tengo planeado sacar ningún disco por el momento [risas]. Pero si me enfrento a un proyecto que me demanda cantar, me resulta emocionante. Fue algo muy interesante y una manera divertida de iniciarme en esto; me parece que las referencias a mi padre serán cada vez menos, porque ya me han preguntado todo lo que me tenían que preguntar sobre ese tema.
¿Pero sientes que es algo que llevas en la sangre, o fue simplemente algo que pasó?
No, sí me gusta; siempre me ha encantado cantar y he hecho teatro musical. La música es muy importante para mí, pero no creo que sea el camino que vaya a recorrer, a no ser que se encuentre incorporado a la actuación.
Esto es lo más comercial que ha hecho Singh, quien prefiere normalmente las películas violentas y para adultos, pero que tiene también un estilo visual muy distintivo que se plasma de algún modo en esta cinta. ¿Pudiste notar algo de esto mientras se filmaba, a pesar de que es probable que la mayoría se hiciera con CGI?
En realidad, la única CGI con la que lidié fue la que se hizo durante las tomas externas del castillo y las que mostraban a La Bestia, que fue reemplazada por hombres con trajes verdes. Todo lo demás se encontraba frente a mí. La naturaleza física de las escenografías era impresionante; teníamos todo lo que podíamos necesitar como actores, y eso fue muy importante. Además, lo que nos faltaba nos era mostrado siempre a través de fotos y de dibujos.
Parece que a algunas chicas Armie Hammer les parece atractivo, por lo que me imagino que no te habrá molestado tenerlo como tu príncipe…
Fue el Príncipe Azul perfecto, porque se comporta de manera un poco torpe, pero es a la vez de lo más inteligente y apuesto. Todo el mundo me está preguntando por lo que pasó entre nosotros, pero lo cierto es que su esposa estuvo todo el tiempo en el rodaje [risas], y nos hicimos muy buenas amigas. Me emociona mucho la idea de que la gente pueda ver a Armie en un papel humorístico.
¿Y, cuando tenía que besarte, sí tuviste que emplear memorias personales? Porque me imagino que no fue tu primer beso…
No, no; fue muy divertido, porque en esa escena, su personaje está bajo un hechizo y no quiere besarme, mientras que yo sí. No podía dejar de reírme. Pero traté simplemente de hacerlo como pasa en los cuentos.
Mencionaste antes la versión de Blanca Nieves con Kristen Stewart, y en medio de sus diferencias, parece que “Mirror Mirror” y ésa comparten un punto importante en común: sus Blanca Nieves no son más las chicas indefensas del pasado.
Sí. En la nuestra, al menos, demostramos que la princesa ya no tiene que esperar a que el príncipe la salve; ahora es ella quien lo salva a él.
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